Su cara pizpireta y llena de pecas conquistó a todos al aparecer en la película The Parents Trap, un remake de una famosa producción de 1961. En esa película, la joven pelirroja interpretaba dos papeles, y lo hacía con mucha gracia y desparpajo. Se llamaba Lindsay Lohan y todo el mundo supo que acababa de nacer una estrella, porque aquella película familiar fue un rotundo éxito. La carrera de Lohan despegó y pudo participar en muchas más proyectos con la factoría Disney, que siempre estaba buscando a nuevas chicas a las que convertir en estrellas juveniles. Sus roces con Hillary Duff, la otra gran estrella adolescente de la factoría, no le hicieron mella. Mientras Duff se centraba en su carrera musical, Lohan decidió concentrarse más en el cine, ya que le ofrecían muchos proyectos. Llegada a la adolescencia, la chica pudo protagonizar películas como Freaky Friday o Chicas Malas, que son hoy por hoy ineludibles en el cine adolescente de los 2000. Esta última la consagró por completo como actriz cómica y le auguró un futuro prometedor en la industria adulta.

Sin embargo, Lohan sucumbió al éxito, al dinero y a la popularidad. Se vino demasiado arriba y empezó a coquetear con las sustancias prohibidas, hasta perder el norte por completo. Todo coincidió con su búsqueda de papeles más adultos y “serios”, algo que siempre costaba a las chicas Disney. Después de la comedia romántica Golpe de Suerte, Lohan decidió romper con esa imagen de chica cándida e ingenua a través de una película que daría mucho que hablar. Se llamaba I Know Who Killed Me, y era un thriller intenso en el que la chica tenía el papel de una stripper. Aunque no llegaba a desnudarse del todo, las escenas de bailes eróticos en lencería fueron suficientes para demostrar que Lohan ya no era precisamente una cría, y que estaba preparada para dar mucho que hablar. Sus devaneos con las drogas y la rehabilitación la llevaron también a sufrir dantescas consecuencias frente a los paparazzi, que no dudaron en sacar tajada de sus fotos más comprometidas. Posteriormente sorprendió a todos apareciendo a lo Marilyn en la portada de Playboy, en sus primeros desnudos ante la cámara. Pero lo mejor todavía estaba por llegar cuando en 2013 protagonizó The Canyons, un intenso thriller erótico.

Una película de Paul Schader

Tras la búsqueda de nuevos proyectos independientes a partir de 2008, Lohan se mantuvo algunos años alejada de las grandes producciones. Apareció como Elizabeth Taylor en una película biográfica sobre la mítica actriz, proyectos que intentaba aprovechar para relanzar su carrera. Sin embargo, sorprendió a todos que también hiciera acto de presencia en la polémica producción de The Canyons, un filme del director Paul Schafer, que es conocido por sus trabajos como guionista para Scorsese y Ford Coppola. En esta ocasión, el guión lo firmaba el novelista Bret Easton Ellis, y la historia se enmarcaba en el género del thriller y el drama, con un fuerte componente erótico. De hecho, se anunció que participarían algunos actores porno en la cinta junto a Lohan, lo que aumentó la expectación ante el proyecto.

Qué nos cuenta The Canyons

La historia se centra en Christian, un joven productor de cine que ha conseguido ganarse un hueco en la industria a través de pequeñas películas de terror de bajo presupuesto. Desde Los Ángeles, el chico trabaja con un equipo reducido que crea filmes que luego son vendidos a las majors por un montante importante, aunque su producción sea muy barata. Las cosas no le van mal, pero sabe que cualquier tropiezo puede suponer el fin del negocio, y por eso asegura siempre cada proyecto. Christian sale desde hace tiempo con Tara, con la que mantiene además una relación abierta. Ella se acuesta con otros chicos, pero Christian sabe que jamás se enamorará de ninguno de ellos.

Sin embargo, las cosas cambian cuando Tara comienza a verse con un chico a menudo, y resulta ser un antiguo novio, también actor. Cuando Christian se entera no puede hacer otra cosa que enfadarse, ya que su novia le había ocultado aquella relación. Dejándose llevar por los celos y la frustración de una traición así, el chico decide vengarse de ambos. Resulta que el chico es nada menos que Ryan, pareja de su asistente, Gina. Entre los cuatro se crea una relación enfermiza donde el sexo parece llevar siempre a algo más, y donde nadie tiene el control de la situación, aunque así lo crea. Venganza, pasión y crímenes en una película que fue grabada en Los Ángeles con un estilo visual muy atrevido.

James Deen, del porno al cine comercial

La presencia de Lohan en la película en el papel de Tara llamó mucho la atención, ya que este personaje tenía muchas escenas de cama. Lohan había aparecido previamente desnuda en una escena de Machete, aunque aquello había sido más un cameo que otra cosa. Aquí se pasaba buena parte de la película mostrando sus atributos, en la cama, en la ducha… Y lo hacía, además, sin  ningún pudor, derrochando una sensualidad que muchos ya atisbaron cuando era más joven. A su lado tenía a un actor con mucha experiencia… aunque en otro tipo de cine. El papel de Christian fue para James Deen, uno de los chicos de oro de la era de Internet, que había decidido dar el salto al cine comercial.

Deen hace lo que puede ante un reto actoral bastante complejo, especialmente para alguien que viene del porno. Sus limitaciones son evidentes, y el hecho de llevar buena parte de la carga narrativa de la película tampoco ayuda. Sin embargo, las escenas de sexo sí que fueron un punto fuerte para la película, y su presencia, obviamente, las mejoró. De hecho, aparece también completamente desnudo y mostrando su pene erecto en más de una escena, lo cual no es tan habitual en el cine comercial. Preguntado por su relación con Lohan, Deen confirmó que había sido estrictamente profesional, y que no había pasado nada más allá de lo que se veía en la pantalla… que no era poco, desde luego.

Un filme muy polémico

The Canyons venía con la vitola de estar escrita por un novelista de éxito y dirigida por un director de culto como Schafer. Esto también le abrió las puertas a diferentes festivales como Cannes o Venecia, aunque la película no tuvo un gran recorrido luego en salas de cine. La crítica apreció el intento de Schafer de ofrecer un thriller erótico bien orquestado y con una fotografía excitante, pero las actuaciones no estuvieron a la altura. El guión también era demasiado original, así que la historia hacía aguas por todos lados. La presencia de Lohan y Deen en el reparto sí que consiguió llamar la atención de muchos medios, y gracias a eso, la película logró cierta repercusión. Hoy en día, sin embargo, solo se la recuerda precisamente por el desnudo de la actriz ex de Disney, en su papel más erótico hasta la fecha.